viernes, 12 de marzo de 2010

Dani Flaco presenta su tercer disco en la sala madrileña El Búho Real


El cantautor barcelonés acaba de publicar `Secretos de Sumario´. La sala de música en vivo, El Búho Real, acogió la presentación de este nuevo trabajo discográfico en Madrid, en un concierto con nuevas y viejas canciones, palmas y mucha diversión.

Un concierto de Dani Flaco en Madrid siempre es bienvenido. Lo que comenzó siendo el sueño individual de un chaval de Bellvitge se ha convertido en una pasión colectiva sin denominación de origen. El barcelonés pertenece a la lista de los cantautores más aplaudidos del circuito madrileño. Así se plasma en la venta anticipada de entradas para su actuación en una sala que suele venderlas en la puerta con una hora de antelación al concierto, salvo en el caso de los artistas más convocatorios. No se vendieron todas las previstas. O no de forma anticipada, porque el tránsito de gente que las compró en la puerta no fue nada despreciable y terminó por llenar el bar. Como siempre, el concierto empezó con tres cuartos de hora de retraso. Si el público fuese alemán habría pedido la cabeza de alguien. Pero como se es madrileño, parroquiano de El Búho Real, o turista ex profeso para verle, es decir, insomne, trasnochador o un gran aficionado, se entiende que no hay lugar para las prisas. Es un microclima cargado de arte, fraternidad y en el que los preliminares tienen una importancia vital. El artista espera al espectador y no al revés, mientras los primeros vasos se vacían y los últimos nervios se evaporan.

El flaco habla casi más que canta. No se concibe un concierto de Dani sin bromas, diálogo con toda aquella espiga que sobresalga entre el público, risas, llamamientos a la participación y un amplio anecdotario. Lo primero es lo primero: presentar a sus compañeros sobre el escenario, Pepo López –guitarrista y productor de este disco- y Dani Ortiz –baterista-. Y de no ser por el enriquecimiento del concierto, se diría que, dadas las dimensiones de las tablas, tres son multitud. Pero, eso sí, una multitud apañadita. La selección del repertorio es sencilla y de agradecer: alterna canciones de `Secretos de Sumario´ y temas de los anteriores discos, logrando un equilibrio que permite que se den tantas sorpresas como coros. Un total de diecisiete composiciones, en las que participan Conchita y Pepo, con un tema de éste último, titulado `Chivo, chivato´.
El público se entrega de una forma atípica en los conciertos de Flaco. En salas pequeñas y ante cantautores, la gente escucha, mueve los labios siguiendo las canciones y como mucho, da unas cuantas palmas por exigencias del guión. Él consigue crear un ambiente cercano al que se puede intuir escuchando la grabación en directo de La Mandrágora, de Javier Krahe, Joaquín Sabina y Alberto Pérez, en la que nadie deja de reír y todos aplauden como locos.

Lo que pudo apreciarse del nuevo disco es la heterogeneidad y la madurez musical. Dani se mantiene fiel a su estilo, que se encuadra entre el rock y la canción de autor, con reminiscencias de rumba catalana, pero se ha atrevido con la introducción de otros estilos, tales como el jazz o la ranchera, y las letras son más intimistas que en los anteriores trabajos del cantautor. Además, recupera dos canciones compuestas hace años y deja ver influencias- claras y muy dignas, para disgusto de muchos pseudocríticos musicales- de Sabina y Lichis –vocalista y letrista de La Cabra Mecánica-.
`Secretos de Sumario´: Un título de tres palabras –como sus anteriores discos-, con tinte judicial, que anuncian un desnudo emocional.

El disco está por todas partes. Tras el concierto se forman colas largas de gente que espera una dedicatoria firmada en su ejemplar y/o una fotografía con el artista. Dani está cansado, su voz lo anunciaba –también los relatos sobre el fatigoso día de promoción que llevan a la espalda- y su cara lo confirma. Pero la sonrisa y el ánimo no le abandonan o, al menos, así lo ha fingido, cumpliendo las expectativas de su público durante y tras la actuación.
Como colofón y cuando llegó nuestro turno, dejó un saludo simpático para la bitácora, por el cuál Mad Madrid le está muy agradecido. Y como diría el Flaco, transcurrida una hora y cuarto de concierto en un espacio libre de humos: “vamos cortando, que nos estamos fumando encima”.

Mad Elena Montero

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