domingo, 25 de abril de 2010

Crónica del último dia de "Impresionismo: un nuevo renacimiento"


La gente se agolpa en el Paseo de Recoletos. Hoy es el último día que “Impresionismo: un nuevo renacimiento” va a estar abierta al público y se percibe cierta inquietud entre los que guardamos cola; una inquietud similar a cuando uno ve que llega con media hora de retraso al trabajo porque el autobús está en un atasco. Impresiona la cantidad de gente que lleva esperando cola:casi una hora antes de la apertura oficial. Cuando llego yo, unos quince minutos antes de que las puertas se abran, la fila ya da la vuelta a la esquina y se adentra por Bárbara de Braganza. El acontecimiento lo merece: han traído pinturas de Renoir, Degas o Monet aprovechando que el Musée d'Orsay de París está en rehabilitación.
Después de cuarenta y cinco minutos consigo entrar en el edificio: un antiguo palacio de comienzos del siglo XX con un magnífico jardín a la entrada que se encuentra coronado por una palmera de varios metros de altura. La exposición se articula en dos plantas. En la superior encontramos el nuevo impresionismo, marcado por Renoir, mientras que en la planta de entrada se encuentran los comienzos de movimiento, dominados por Manet.

Hay cuadros conocidos en cada esquina: “El pifano” de Manet, y “Arreglo en gris y negro nº1” de James Abbott Mcneill Whistler (que para los que no le suenen, es el cuadro que “Mr Bean” destroza cuando viaja a Los Ángeles en su primera película) son los únicos que conozco de la planta baja. Hay mucha gente entorno al cuadro de Monet “ La Urraca”, pero cómo hay turnos de unas treinta personas para poder entrar en ningún momento se producen aglomeraciones incómodas.

Soy un gran admirador de Auguste Renoir, así que cuando subo a la segunda planta, me dirijo directamente al lugar en dónde se encuentra “El Columpio” , perteneciente a la serie de cuadros costumbristas en entornos naturales y con mucha luz del que también forma parte el famoso “Le Bal au Moulin de la Galette”. Yo tengo mi peculiar historia con este pintor: cuando estuve en París tuve la oportunidad de visitar el d'Orsay, pero estaba tan cansado de recorrerme la ciudad de las luces que me tuve que ir a mitad del recorrido y no pude llegar a ver ni a Renoir ni a Gauguin, mis dos pintores favoritos.

El hecho de que Madrid sea una de las grandes capitales mundiales del arte me ha permitido admirar lo poquito que han traído de Renoir, así como lienzos de Degas, Delaunay Manet, Cezanne, Pisarro, Sisley …. digamos que la "creme de la creme" de la pintura francesa.

Antes de abandonar la exposición me dejo encandilar por un pintor al que yo no conocía y que resultó ser el que más me sorprendió de toda la exposición: Gustave Moreau. No hay mucha representación de él en la muestra, pero su cuadro “Galatea” es impactante por el uso tan saturado del color, que crea la sensación de que el lienzo está salpicado por pequeñas filigranas de oro y plata.

Cuando salgo de la fundación la cola es aun mas grande que cuando llegué. Hay muchos turistas ,algunos con pinta de despistados, y un sol radiante que inunda todo con un toque que seguramente hubiera encantado a mi amigo Renoir.

"Impresionismo: un nuevo renacimiento" estuvo abierta al público de 15 de enero
al 22 de abril.


MadJaime Sanz

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